Las lluvias traen consigo una explosión de casos de dengue, fiebre, dolores de cabeza y corporales, cansancio y malestar son algunos de los síntomas de esta enfermedad, pero estas señales también suelen ser reportadas por quienes contraen COVID-19, gripe o incluso resfriados. Entonces, ¿cómo diferenciarlas? Algunos signos, como la evolución, pueden dar algunas pistas, pero expertos en salud advierten que sólo un análisis de sangre puede confirmar el diagnóstico. Todas estas enfermedades tienen en común que son causadas por virus, pero diferentes: la COVID-19 es por el SARS-CoV-2, de la familia de los coronavirus; la gripe, por el virus de la familia de la influenza; el resfriado por rinovirus, adenovirus y parainfluenza; y el dengue por flavivirus.
En el caso de la COVID-19, la gripe y los resfriados, hay otro elemento unificador: el modo de transmisión es a través de gotitas de secreciones respiratorias de una persona infectada. A continuación, te contamos sobre otras diferencias:
DENGUE
Es una infección viral transmitida principalmente por la picadura de un mosquito hembra infectado con un flavivirus, generalmente Aedes aegypti (responsable también de la transmisión del virus chikungunya, fiebre amarilla y zika).
Hay cuatro serotipos (DENV-1, DENV-2, DENV-3, DENV-4), cada uno con diferentes interacciones con anticuerpos humanos. Es decir, las personas tienen cuatro posibilidades de infectarse. Su síntoma clásico es la fiebre alta, que aparece de forma brusca al inicio de la infección. El dengue suele durar de cuatro a diez días, pero su impacto puede afectar por semanas. Puede ser leve o grave (con o sin señales de alarma), y el diagnóstico puede realizarse mediante un examen clínico y ser confirmado por un análisis de sangre.
- Dengue no grave sin señal de alarma: presencia de síntomas comunes como náuseas, fiebre, enrojecimiento del cuerpo, vómitos, dolores de cabeza, dolor en los músculos, articulaciones y alrededor de los ojos.
- Dengue no grave con signos de alarma: es la fase posterior al cese de la fiebre en que pueden iniciarse uno o más síntomas considerados alarmantes, como vómitos persistentes, sangrado, acumulación de líquido en las cavidades corporales, como los pulmones y el corazón, mareos, aumento del hígado y concentración en la sangre.
- Dengue grave: presencia de una o más manifestaciones, puede presentarse con choque (palidez y postración, sudoración y descenso de la presión arterial), dificultad para respirar por extravasación del plasma (salida de líquido de los vasos sanguíneos), afectación grave de órganos, como riñones, hígado, cerebro y corazón, sangrado mayor, entre otros.
COVID-19
La infección por el coronavirus SARS-CoV-2 puede presentarse con o sin síntomas, que han ido cambiando mucho según la variante ligada a la infección. La enfermedad causada por este virus, puede presentarse de tres formas: leve, moderada o grave. El diagnóstico puede realizarse mediante examen clínico y pruebas de laboratorio en muestras tomadas principalmente de la nariz.
Los síntomas más comunes al inicio de la pandemia en 2020 fueron tos seca, fiebre, cansancio y pérdida del olfato y del gusto. La Organización Mundial de la Salud (OMS) también enumeró síntomas menos comunes (dolor de cabeza, garganta, diarrea, enrojecimiento y picazón en los ojos y erupción cutánea) y graves (dificultad para respirar, pérdida de movilidad y del habla, dolor en el pecho y confusión mental). Pero con el tiempo han surgido cinco variantes de preocupación del coronavirus: alfa, beta, gama, delta y ómicron. Los principales síntomas de la variante delta, por ejemplo, son similares a los de la variante alfa, como tos, dolor de cabeza, dolor de garganta, obstrucción nasal, secreción nasal, dolor abdominal y manifestaciones cutáneas.
En el caso de la covid, el periodo de incubación es más largo, el organismo puede tardar hasta cinco días en manifestarlo, lo que explica la gran cantidad de los llamados falsos- negativos; es decir, personas infectadas por el coronavirus, pero que obtienen un diagnóstico negativo al realizar la prueba. Además, sin tener síntomas, un individuo puede acabar contagiando a otras personas.
GRIPE
Es causada por el virus de la influenza, que tiene una extensa familia con cientos de mutaciones, es por eso que la vacuna contra la gripe debe actualizarse y administrarse todos los años. La gripe puede producir síntomas muy similares a los de la COVID-19, pero su período de incubación suele ser más corto. En otras palabras, los síntomas aparecen rápidamente (muchas veces de la noche a la mañana) y el empeoramiento del cuadro suele ser brusco.
Las manifestaciones más comunes de la gripe son: tos (generalmente seca), fiebre, dolor de cabeza, dolor de cuerpo y malestar general y cansancio. También puede causar dolor de garganta, diarrea (especialmente en niños) y secreción o congestión nasal (nariz tapada).
La pérdida del gusto y el olfato no es una manifestación común en los casos de infección por el virus de la influenza, a diferencia de la COVID-19.
RESFRIADO
Causados por otros tipos de virus: rinovirus, adenovirus y parainfluenza, a diferencia de la gripe, los síntomas suelen ser leves y su aparición en general es gradual. El dolor de garganta, la secreción y la congestión nasal son algunas de sus manifestaciones más comunes. Se puede desarrollar también una tos leve, al igual que fiebre (generalmente baja), pero estos son poco frecuentes. La diarrea, el dolor de cabeza y la dificultad para respirar también son raros. Los resfriados generalmente mejoran en unos pocos días.