El impacto de la violencia interpersonal en el bienestar de la mujer es evidente, provocando graves problemas de salud física, mental, sexual y reproductiva a corto y largo plazo, generando un elevado costo social y económico para ellas, sus familias y la sociedad.
Entre ellos:
Tener consecuencias mortales, como el homicidio o el suicidio.
Producir lesiones: el 42% de las mujeres víctimas de violencia de pareja refieren alguna lesión a consecuencia de dicha violencia.
Ocasionar embarazos no deseados, abortos provocados, problemas ginecológicos e infecciones de transmisión sexual, entre ellas la infección por el VIH.
La violencia de pareja durante el embarazo está asociada con un aumento en la probabilidad de abortos involuntarios, muertes fetales, partos prematuros y bebés con bajo peso al nacer.
Estas formas de violencia pueden ser causa de depresión, estrés postraumático y otros trastornos de ansiedad, insomnio, trastornos alimentarios e intentos de suicidio.
Entre los efectos sobre la salud también se encuentran las cefaleas, los síndromes de dolor (de espalda, abdominal o pélvico crónico), trastornos gastrointestinales, limitaciones de la movilidad y mala salud general.
La violencia sexual, sobre todo en la infancia, también puede incrementar el consumo de tabaco y drogas, así como las prácticas sexuales de riesgo.
También se asocia a la comisión (por el hombre) y el padecimiento (por la mujer) de actos de violencia.
Se ha considerado que los problemas de violencia se restringen únicamente a un aspecto social, sin contemplar de manera integral las causas de este fenómeno ni sus consecuencias. La identificación y la atención a el ensañamiento hacia la mujer, así como a otros tipos de agresiones, deben ser una prioridad, dado su incremento y sus efectos en la salud, en particular en países como RD, donde la violencia ha alcanzado niveles alarmantes.-