La medicina y la música tienen la capacidad de influir en nuestras emociones, mejorar nuestra salud y enriquecer nuestra calidad de vida. Cada vez hay más investigación sobre sus efectos y el número de enfermedades en las que se emplea.
Las melodías pueden evocar sentimientos de alegría, tristeza, excitación o relajación. Al escucharlas, nuestro cerebro libera endorfinas, neurotransmisores que nos hacen sentir bien y reducen el estrés. Esto puede tener un impacto positivo en nuestra salud física y mental. De hecho, numerosos estudios han demostrado que la música puede ayudar a reducir la presión arterial, disminuir la frecuencia cardiaca y aliviar el dolor.
En entornos sanitarios, se ha comprobado que reduce la ansiedad y el estrés en los enfermos, contribuyendo a una recuperación más rápida. También se utiliza en la atención paliativa para aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida de los pacientes terminales. Además, en cirugía, se utiliza como una distracción para reducir la percepción del dolor y la ansiedad durante los procedimientos.
La música puede mejorar nuestras habilidades cognitivas, y es que aprender a tocar un instrumento mejora la memoria, la concentración y la coordinación motora, ya que involucra diferentes áreas del cerebro y estimula la plasticidad neuronal. Además, la práctica regular puede retrasar el envejecimiento cognitivo y reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Pero su relación con la medicina no se limita a su impacto en la salud, sino que también es una herramienta terapéutica y diagnóstica. La musicoterapia se utiliza para tratar trastornos del lenguaje, mejorar la comunicación y promover la rehabilitación física en personas con discapacidades.
Adicionalmente, desempeña un papel importante en la formación de los profesionales médicos. Se ha demostrado que los estudiantes que la incorporan en su educación, desarrollan una mayor empatía y habilidades de comunicación, permitiéndoles brindar una atención médica más humana y compasiva.
Por todo lo anterior, podemos decir que la medicina y la música están intrínsecamente ligadas, y su conexión es un recordatorio de la importancia de abordar la salud de manera integral, considerando tanto el cuerpo como la mente.