Con la promulgación de la Ley 87-01 el Estado dominicano estableció el nuevo marco de seguridad social con miras a establecer un manejo integral de las necesidades básicas de la población, especialmente en salud, con la implementación de un sistema más equitativo, integrador, eficaz y justo.
En República Dominicana la Unidad de Atención Primaria (UNAP) estaba contemplada para ser la puerta de entrada al Servicio Nacional de Salud (SNS), sector público, Seguro Familiar de Salud (SFS), Régimen Subsidiado y para el régimen contributivo deben habilitarse los Centros de Atención Primaria (CAP) con capacidad resolutiva, para la entrega de servicios en el Primer Nivel de Atención y garantizar la salud de las familias dominicanas. El Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS), es la entidad responsable de determinar e instituir de forma obligatoria cómo se concretizará y aplicará la Atención Primaria, según lo establece la Ley nro. 87-01, en sus artículos nros. 129 y 152.
Al proponerse la Atención Primaria en Salud (APS) como la puerta de entrada a los servicios del Plan Básico de Salud (PBS) del Seguro Familiar de Salud (SFS), se le otorga al paciente una atención integral desde una perspectiva preventiva, que se traduce en el diagnóstico temprano de enfermedades evitables, y reducción del gasto de su bolsillo en salud. Este modelo de atención no debe estar solo enfocado en enfermos o envejecientes, sino en todos los dominicanos, alcanzando así un avance en la medicina preventiva, que permita identificar a tiempo factores de riesgo o enfermedades que por lo general no son muy perceptibles hasta que comienzan los síntomas y efectos, como la diabetes e hipertensión.
A 20 años de promulgación de la ley, el país no ha sido capaz de incorporar la Atención Primaria como el primer nivel de cuidado, con establecimientos o conjunto de servicios integrales que: a) Sirvan como el acceso principal a las redes de servicios de salud. b) Prevención primaria mediante una atención familiar integral, atendiendo a las necesidades y problemas prioritarios en cada momento del ciclo de vida, y la búsqueda proactiva de la identificación y control de factores de riesgo y el diagnóstico oportuno. c) Reducción de la demanda de atención en niveles de mayor complejidad y por ende los costos de servicio en salud.
Se deben eliminar los escollos que impiden la puesta en marcha de la Unidad de Atención Primaria y los Centros de Atención Primaria que cada día adquieren una importancia capital para mejorar el acceso, la equidad y la calidad de los servicios y como mecanismo de contención a la demanda irracional de servicios que se produce en los centros de salud, sus costos y mejoras de los niveles de satisfacción de los usuarios.
La persistente tardanza en la aplicación del referido modelo de atención tiene un impacto directo en la economía de los afiliados, ya que arroja un gasto de bolsillo multimillonario ilegal, creciente, incontenible e insoportable, especialmente para el 80% de los afiliados con salarios inferiores a 20 mil pesos. De igual manera, tiene un efecto en el incremento de enfermedades que pueden ser evitables, pues el modelo contribuye a la prevención y disminución del riesgo de enfermar, ya que el afiliado se vuelve más consciente sobre el autocuidado.
Muchos expertos locales e internacionales han afirmado que el modelo de salud vigente no es sostenible financieramente, y presenta un desequilibrio prácticamente desde sus inicios, debido a que no han realizado las reformas que dispone la propia ley. Tampoco se han implementado las enmiendas en sus aspectos estructurales como la Atención Primaria, un verdadero Plan Básico de Salud, uso de medicamentos genéricos, cumplimiento de los protocolos, entre otros aspectos.
En ADARS sostenemos que la discusión debe llevarse siempre poniendo al paciente como eje central prioritario, más allá de las cuestiones económicas de aseguramiento, de redes y otros ángulos. Deben fomentarse alianzas público-privadas que fortalezcan la regulación y supervisión, así como para ofrecer incentivos adecuados, sobre todo en los centros de salud más alejados y en localidades con un desarrollo económico limitado.
Los países en Latinoamérica y el Caribe que tienen mejor desempeño de su sistema de salud son justamente aquellos que poseen un fuerte sistema de Atención Primaria en Salud operando.